A mí no me importa que me llamen por teléfono a más de las dos de la madrugada (posiblemente esté despierta).
Tampoco me importa pagar la cena o la entrada del cine (ya lo cobraré después).
Y mucho menos imprimir las cosas ajenas (así de paso averiguo).
Pero nunca, NUNCA, lleguéis a mi casa ANTES de la hora acordada para algo. JAMÁS.
¿Que si llegas a la hora exacta? Perfecto. No hay problema. ¿Que si llegas dos o más horas después? Bah, normal.
¿Que si llegas diez minutos, sólo diez, antes de la hora acordada? Haré rodar tu cabeza.
Generalmente, cada vez que invito gente a mi casa, digo como hora de llegada "tres, tres y media". Me da tiempo de almorzar, bañarme y poner mi cuarto decente (mi cuarto JAMÁS ha de ser ordenado o se abrirá un hoyo negro en Suiza), incluso puede que me duerma un rato.
Como todos conocemos el horario del maracucho (la hora de llegada correcta es una o dos horas después de la que dice la tarjeta), nadie se preocupa por estar listo a tiempo, así que yo me tomo mi tiempo para hacer las cosas y a las tres con cinco minutos todo está listo.
Pero este año me he encontrado con gente a la que no quieren en su casa. Porque cada vez que quedamos de reunirnos en la mía a una hora, sus padres los dejan veinte minutos antes, como si no supieran qué hacer con esos energúmenos (por eso es que no se deben comprar condones baratos). Y yo me encuentro con que tengo que hacer todo el doble de rápido.
Yo.
La persona más lenta del mundo.
Joder.
Y eso no es todo.
Ajá, de verdad no pueden dejarlos a otra hora, qué más coño. Pero yo creo que, si se pueden tomar la molestia de pasar un mensaje diciendo las mariqueras que todos sabemos que dicen, pasar un mensaje que diga "ya voy a salir de mi casa" no cuesta mucho.
Ni siquiera eso.
¡Ni siquiera eso!
Porque hay gente que dice "ya estoy en camino" y TREINTA SEGUNDOS después me dicen "estoy en frente".
Joder, en camino pero en jet privado.
Esas vergas no se hacen, no a mí. No, no, no, no.
Yo sólo sé que la gente que hace semejantes cosas tiene un puesto reservado en el infierno junto a los que hablan en el cine y toman fotos en el teatro.
CUIDADÍN: El contenido más abajo puede ser y será altamente ofensivo para usted, por favor, proceda con cautela. O mejor, no proceda del todo.
miércoles, 29 de junio de 2011
miércoles, 15 de junio de 2011
Folou Mí On Tuitah!!!11!!1!!Uno!
*El inglés tukki fue apropósito.
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Sintiendo pena de mí misma, más que todo por lo hecho que no por haberlo hecho antes, me he creado una cuenta de Twitter para facilitar al público el acto de seguir mis actualizaciones y compartir un poco de humor de forma más compacta, para todo aquel que tenga dificultades leyendo los muros de texto que escribo.
Para los interesados: "SandraEsRandom".
Y si aún así no me encuentran, mi primer Tweet fue: "Más jodía que puta gratis", -Sandra.
Pos-Data: ¡¿Podéis creer que "RandomSandra" ya exista?! Joder.
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Sintiendo pena de mí misma, más que todo por lo hecho que no por haberlo hecho antes, me he creado una cuenta de Twitter para facilitar al público el acto de seguir mis actualizaciones y compartir un poco de humor de forma más compacta, para todo aquel que tenga dificultades leyendo los muros de texto que escribo.
Para los interesados: "SandraEsRandom".
Y si aún así no me encuentran, mi primer Tweet fue: "Más jodía que puta gratis", -Sandra.
Pos-Data: ¡¿Podéis creer que "RandomSandra" ya exista?! Joder.
domingo, 12 de junio de 2011
Creepy Pasta.
Larga ha sido mi ausencia y corta será esta entrega, porque el tiempo es oro y yo, en medio del miedo y la oscuridad, me ahogo.
...
A pesar del cúmulo de clichés que se avecinan en este texto, las palabras no serán otras puesto a que no son mías, sino de alguien... algo más. Algo más allá de todo lo inimaginable, sólo comparable con las criaturas en la cabeza del mismísimo Lovecraft. Y ni siquiera así me acerco a una descripción adecuada, porque por mucho que compare a aquel tormento invasor con Cthulhu, él es todo lo contrario.
Sobra decir que estoy aterrada, que el miedo no me deja ni ordenar mis ideas. Pero tengo que hacerlo, tengo que calmarme un poco y evitar que la paranoia, el terror y los recuerdos obstaculicen mi meta de terminar mi labor.
He de aprovechar la luz del día, el sol ardiente de las doce para comunicar "lo comunicable", enviar "lo enviable" y advertir "lo advertible", porque, lector, si me demoro, puede que para el momento en que tus ojos viajen por estas letras... yo ya no esté.
Dejándonos de rodeos... Yo he hecho un montón de cosas para probarme lo estúpida que soy y lo ridículo que es ser alguien supersticioso. He leído y releído cada leyenda, cada rumor y cada mito. He pasado por todo tipo de felinos negros, he tirado sal y paso por escaleras todos los días, incluso, cada vez que puedo, bailo pisando las gritas de la calle con toda la fuerza que tengo.
Pero esas son bobadas.
Queriendo ir por un reto mayor, rompí un espejo, bañé los pedazos en vinagre y me pinché el dedo con un alfiler, dejando que tres gotas de cálida sangre se mezclasen con todo lo anterior. Murmuré embrujos y blasfemias contra todo aquello en lo que una vez creyeron las brujas, tratando de atraer algún espíritu. Todo para tener "mala suerte embotellada".
No creí que fuera a funcionar, porque incluso mi estupidez tiene límites.
Y no funcionó.
(sí lo hizo)
No de la manera que esperaba.
Pero no nos adelantemos. Luego de ver la inutilidad de ese ritual, me rendí y limpié la "escena del crimen". No sin antes guardar en un frasquito de cristal algo de vinagre mezclado con sangre y un pedazo diminuto del espejo, éste último terminó flotando de manera cómica en el líquido de aspecto... peculiar. Cabe mencionar que-
(hay que huir hay que huir)
-el tamaño del trozo de espejo tenía el tamaño necesario para que yo pudiese ver mi-
(muerte)
-ojo en él.
A donde sea que fuese, llevaba el frasco conmigo. ¿Por qué? Me parecía gracioso en ese entonces.
Hoy me río del yo de ayer y la yo de mañana llorará por la de hoy, por ser incrédula y subestimar fuerzas que van más allá de la capacidad humana. O tal vez no lo haga, porque la yo de mañana puede que nunca vaya a existir. Porque Hoy muero.
Volviendo al hecho de que me llevaba dicho frasco para arriba y para abajo como si de un accesorio de ropa se tratase, en estos días fui al Teatro Negro de Praga. Muy bueno, por cierto.
Recordé ese rumor de que si decías Macbeth en un teatro, cosas horribles (generalmente relacionadas con la muerte) ocurrirían. Aprovechando que estaba en un teatro y con mi mejor amigo (aka. frasco del demonio) en la mano...
Susurré Macbeth tantas veces me lo permitió la privacidad auditiva causada por el barullo de la gente, es decir, que me aseguré de que nadie escuchase mis palabras. Nada fuera de lo normal ocurrió, sí pasó uno que otro contratiempo, pero nada que valga la pena contar ahora.
Volví a-
(nosotros)
-casa y dormí.
Si yo me atreviera a siquiera mencionar que los sueño que tuve esa noche fueron... placenteros, estaría mintiendo de la peor manera, porque mi cabeza estuvo llena de las peores visiones concebidas por la humanidad. Por lo grotesco de lo visto, me limitaré a decir que, lector, todo que crees es mentira, ellos, entre imágenes y palabras ilegibles me lo han dicho, porque he hablado su lengua, he caminado en sus pieles y he oído a sus líderes. Ellos son-
(monstruos)
-la verdad.
Cuando desperté, no recordaba mucho y, a pesar de esa sensación de que-
(sabemos dónde estás)
-tienes algo en la punta de la lengua pero no puedes decirlo porque no encuentras las palabras, decidí vivir como había vivido hasta ahora. No volví a tener ningún tipo de visión.
Hasta hace tres días.
Tres noches atrás yo me preocupada por las tareas, por pasar un videojuego o por encontrar el zapato que me faltaba para poder salir. Cosas normales. Y encontré el frasco lleno de vinagre con sangre y con el trozo de espejo, que reflejaba mi ojo, flotando como flotan las medusas en el mar. No me acordaba de la existencia de semejante objeto y, sin importarme tenerlo en mi poder, lo tiré por el ducto de la basura.
Me fui a dormir y ellos-
(vienen por ti)
-volvieron. Me hablaron de nuevo y me dieron órdenes que me negué a cumplir. Me ofrecieron tesoros, sabiduría, todo. Con un valor que no sabía que tenía y con las rodillas temblando, volví a negar e insulté a sus superiores, me reí en sus caras. Y lo hice por dos noche más.
Ahora tengo fecha de expiración.
Gente, yo expiro hoy.
A manos de ellos, ellos quienes son-
(tú)
-tú.
Porque tú me habrás de matar hoy. Ese es mi-
(nuestro)
-castigo. Porque tú te has reído también. Te estás riendo ahora, ¿no? Eso no-
(nos)
-les gusta. Y luego ellos te hablarán. Lavarán tus manos llenas de mi sangre y te-
(convertirán)
-darán todo lo que has querido en tu vida.
No-
(nos decepciones)
-rechaces la oferta.
Porque mientras yo me retuerzo de-
(risa)
-miedo y dolor, tú serás-
(uno de nosotros)
-la verdad.
...
-------------------------------------------------------------------------------------------
www.creepypasta.com
No, no estoy loca, es sólo que he leído mucho Creepypasta y se me ha pegado algo del sitio, además quería practicar mi escritura terrorífica. Apuesto a que unas pantuflas de conejito asustan más pero para ser la primera vez creo que me ha quedado decente.
No, tampoco se supone que vaya a tener sentido alguno, así que no os preocupéis en buscar la quinta pata del gato.
...
A pesar del cúmulo de clichés que se avecinan en este texto, las palabras no serán otras puesto a que no son mías, sino de alguien... algo más. Algo más allá de todo lo inimaginable, sólo comparable con las criaturas en la cabeza del mismísimo Lovecraft. Y ni siquiera así me acerco a una descripción adecuada, porque por mucho que compare a aquel tormento invasor con Cthulhu, él es todo lo contrario.
Sobra decir que estoy aterrada, que el miedo no me deja ni ordenar mis ideas. Pero tengo que hacerlo, tengo que calmarme un poco y evitar que la paranoia, el terror y los recuerdos obstaculicen mi meta de terminar mi labor.
He de aprovechar la luz del día, el sol ardiente de las doce para comunicar "lo comunicable", enviar "lo enviable" y advertir "lo advertible", porque, lector, si me demoro, puede que para el momento en que tus ojos viajen por estas letras... yo ya no esté.
Dejándonos de rodeos... Yo he hecho un montón de cosas para probarme lo estúpida que soy y lo ridículo que es ser alguien supersticioso. He leído y releído cada leyenda, cada rumor y cada mito. He pasado por todo tipo de felinos negros, he tirado sal y paso por escaleras todos los días, incluso, cada vez que puedo, bailo pisando las gritas de la calle con toda la fuerza que tengo.
Pero esas son bobadas.
Queriendo ir por un reto mayor, rompí un espejo, bañé los pedazos en vinagre y me pinché el dedo con un alfiler, dejando que tres gotas de cálida sangre se mezclasen con todo lo anterior. Murmuré embrujos y blasfemias contra todo aquello en lo que una vez creyeron las brujas, tratando de atraer algún espíritu. Todo para tener "mala suerte embotellada".
No creí que fuera a funcionar, porque incluso mi estupidez tiene límites.
Y no funcionó.
(sí lo hizo)
No de la manera que esperaba.
Pero no nos adelantemos. Luego de ver la inutilidad de ese ritual, me rendí y limpié la "escena del crimen". No sin antes guardar en un frasquito de cristal algo de vinagre mezclado con sangre y un pedazo diminuto del espejo, éste último terminó flotando de manera cómica en el líquido de aspecto... peculiar. Cabe mencionar que-
(hay que huir hay que huir)
-el tamaño del trozo de espejo tenía el tamaño necesario para que yo pudiese ver mi-
(muerte)
-ojo en él.
A donde sea que fuese, llevaba el frasco conmigo. ¿Por qué? Me parecía gracioso en ese entonces.
Hoy me río del yo de ayer y la yo de mañana llorará por la de hoy, por ser incrédula y subestimar fuerzas que van más allá de la capacidad humana. O tal vez no lo haga, porque la yo de mañana puede que nunca vaya a existir. Porque Hoy muero.
Volviendo al hecho de que me llevaba dicho frasco para arriba y para abajo como si de un accesorio de ropa se tratase, en estos días fui al Teatro Negro de Praga. Muy bueno, por cierto.
Recordé ese rumor de que si decías Macbeth en un teatro, cosas horribles (generalmente relacionadas con la muerte) ocurrirían. Aprovechando que estaba en un teatro y con mi mejor amigo (aka. frasco del demonio) en la mano...
Susurré Macbeth tantas veces me lo permitió la privacidad auditiva causada por el barullo de la gente, es decir, que me aseguré de que nadie escuchase mis palabras. Nada fuera de lo normal ocurrió, sí pasó uno que otro contratiempo, pero nada que valga la pena contar ahora.
Volví a-
(nosotros)
-casa y dormí.
Si yo me atreviera a siquiera mencionar que los sueño que tuve esa noche fueron... placenteros, estaría mintiendo de la peor manera, porque mi cabeza estuvo llena de las peores visiones concebidas por la humanidad. Por lo grotesco de lo visto, me limitaré a decir que, lector, todo que crees es mentira, ellos, entre imágenes y palabras ilegibles me lo han dicho, porque he hablado su lengua, he caminado en sus pieles y he oído a sus líderes. Ellos son-
(monstruos)
-la verdad.
Cuando desperté, no recordaba mucho y, a pesar de esa sensación de que-
(sabemos dónde estás)
-tienes algo en la punta de la lengua pero no puedes decirlo porque no encuentras las palabras, decidí vivir como había vivido hasta ahora. No volví a tener ningún tipo de visión.
Hasta hace tres días.
Tres noches atrás yo me preocupada por las tareas, por pasar un videojuego o por encontrar el zapato que me faltaba para poder salir. Cosas normales. Y encontré el frasco lleno de vinagre con sangre y con el trozo de espejo, que reflejaba mi ojo, flotando como flotan las medusas en el mar. No me acordaba de la existencia de semejante objeto y, sin importarme tenerlo en mi poder, lo tiré por el ducto de la basura.
Me fui a dormir y ellos-
(vienen por ti)
-volvieron. Me hablaron de nuevo y me dieron órdenes que me negué a cumplir. Me ofrecieron tesoros, sabiduría, todo. Con un valor que no sabía que tenía y con las rodillas temblando, volví a negar e insulté a sus superiores, me reí en sus caras. Y lo hice por dos noche más.
Ahora tengo fecha de expiración.
Gente, yo expiro hoy.
A manos de ellos, ellos quienes son-
(tú)
-tú.
Porque tú me habrás de matar hoy. Ese es mi-
(nuestro)
-castigo. Porque tú te has reído también. Te estás riendo ahora, ¿no? Eso no-
(nos)
-les gusta. Y luego ellos te hablarán. Lavarán tus manos llenas de mi sangre y te-
(convertirán)
-darán todo lo que has querido en tu vida.
No-
(nos decepciones)
-rechaces la oferta.
Porque mientras yo me retuerzo de-
(risa)
-miedo y dolor, tú serás-
(uno de nosotros)
-la verdad.
...
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www.creepypasta.com
No, no estoy loca, es sólo que he leído mucho Creepypasta y se me ha pegado algo del sitio, además quería practicar mi escritura terrorífica. Apuesto a que unas pantuflas de conejito asustan más pero para ser la primera vez creo que me ha quedado decente.
No, tampoco se supone que vaya a tener sentido alguno, así que no os preocupéis en buscar la quinta pata del gato.
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