La siguiente entrada no está hecha con fines ni humorísticos ni satíricos ni nada.
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Como celebración por mi entrada número cincuenta (¡Yay!) voy a quejarme, o "rantear", sobre un tema predilecto para mí.
Videojuegos.
Soy una videojugadora, sí, y también soy n00b, a mucha honra, porque no hay NADIE en este mundo que apeste más en cualquier juego de video que yo. Nadie.
Todo videjuego que mis manos toquen, videojuego que fallo de la forma más épica posible, y aún así lo sigo intentando y toda la cosa (perseverancia Por La Victoria), sin tener resultados positivos, pero bueno... ése no es el punto de esto.
No logro captar, de ninguna manera, el profundo (y muchas veces pertubador) que la gente le tiene a los RPG por turnos, creo que es más que todo porque yo, en mi modo de combate "Leeroy Jenkins", no puedo agüantar a que el enemigo planifique, se organice, coma, se bañe, cague y destape la cañería antes de que ataque y acabe su turno para luego descubrir que hicieron alguna treta sin sentido y pierda mi turno y el proceso anterior se repita. Además, para mí, casi todos los RPG tienen los mismo clichés que me sacan de quicio y que no cabrían si me pusiese a enumerarlos.
La nota "hipoirónica" del asunto es que uno de mis dos juegos favoritos es un RPG, Jade Empire... donde le puedes caer a carajazos a los enemigos en cualquier momento (encima, para todos aquellos que hayan jugado Jade Empire, lo del Maestro Li fue muy obvio desde el principio).
Mi otro juego favorito, ya que he sacado el tema, es Fahrenheit (o "Indigo Prophecy" en algunos sitios), comienza espectacular, he de admitirlo, y el modo de juego es original, al menos para los juegos que me han pasado por las manos. Lo único malo es cómo se tornan las cosas al final, pudieron hacerlo muchísimo mejor.
Cambiando de tema, me impresiona de verdad mi evolución como videojugadora, recuerdo cuando todo lo que tenía era mi Nintento 64 y me aterrorizaban los bichitos raros de Banjo Kazooie así que sólo jugaba Mario Kart y Super Mario 64, por alguna extraña razón, luego de dominar mi miedo por Banjo Kazooie, éste último me pareció mejor que Mario...
Luego vino mi etapa Microsoft con el Xbox. Recuerdo el primer juego que tuve, Sonic Heroes, ¡decir que yo era terrible en el juego es poco! Aún así me pasé tres días con sus noches tratando de pasar la historia del Team Rose, que sí pasé, pero fallé en todas las demás... Luego, poco a poco, mis horizontes se iban expandiendo, mis miedos desapareciendo y para cuando me di cuenta ya estaba pateando traseros en Castlevania.
Por esa época, mi primo casi vivía en mi casa, ergo, se traía uno que otro juego para jugarlo él. De vez en vez lo veía fajado en Call of Duty y yo me preguntaba qué le veía a los juegos de disparos porque los encontraba muy aburridos en ese entonces. Un día estaba cansada de los mismos juegos una y otra vez y divisé un juego que creí el CoD de mi primo, lo puse y empecé a jugar, para cuando me di cuenta estaba ganando medalla tras medalla en Medal of Honor (en el Xbox primero lo encuentro más disfrutable que el CoD, aún no juego la versión de 360, ni siquiera sé si hay alguna).
Y llegó una navidad no muy lejana a estos días y con ella mi amado mejor amigo, el 360. Impaciente por probar Castlevania, Soul Calibur y Bayonetta (todos muy buenos, de paso), no me hice de rogar, me tiré al suelo y lo encendí. No salí de mi casa hasta el inicio de clases en enero. Al ser un 360, había una cosa que no podía faltar, algún juego de Halo. En mi vida sólo había jugado Halo dos veces antes de tener el Reach en la palma de mi mano y cuando quise levantarme y dejar de jugar, ya iba por más de la mitad de la campaña (la cual no es taaaan larga).
Así, queridos lectores, llegamos a la actualidad y con ella llega F.E.A.R., un juego que de miedo sólo tiene el nombre. Sí, tiene una niñita loca que te persigue (y a la que persigues), casi todo te quiere muerto y mierda rara está esperando para llegarle a tu culo, encima, estás básicamente solo (porque ese equipo que tienes de tu lado es inclusive más inútil que Eileen Galvin en Silent Hill 4). Solo hay un momento en todo el juego que me ha puesto los pelos de punta y es cuando te encuentras a Alma (la Samara de turno del juego) dentro de un ducto de ventilación tirándoselas de contorsionista. La muy famosa parte de la escalera es muy... triste.
Desde los mundos felices de Mario hasta la pesadilla de F.E.A.R., mi vida de gamer ha sido, y puedo decirlo con toda confianza, básicamente muy rara.
Ahora, yo sé que el 360 no se compara con el PS3, pero sí es más accesible monetariamente (al menos para mí) y ambos tienen casi los mismos juegos, la verdad es que los únicos juegos que me duele no poder probar son los hechos por el Team ICO, es decir, ICO y Shadow of the Colossus (y The Last Guardian, próximamente, ya sé qué darle a Samuel de cumpleaños), pero eso tiene fácil solución, me meto en casa de alguien que tenga PS3 y ya.
Y sobre el Wii, porque no he hablado nada de él, pobrecito, la idea principal, hacer que la gente se mantenga activa mientras juega, es buena y con creces, pero la forma del mando es... incómoda, muy incómoda (o así lo veo yo), es un control remoto cualquiera. Y ni hablar de los accesorios, es como si hiciesen un accesorio y luego el juego, ¿no debería ser al revés? No voy a negar que tiene juegos excelentes (Super Smash Por La Victoria) pero hay otros que dan ganas de llorar. ¡Y el Call of Duty era demasiado frustrante!
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"Por la victoria" sería la traducción no tan literal de "For the win (FTW)". No he puesto "Por el ganar" porque, gramaticalmente, no tiene mucho sentido (y suena muy Hulk).
"Hipoirónica" es una mezcla entre "hipócrita" e "irónica", la palabra se refiere a algo que es hipócrita e irónico a la vez, y me disculparán esa redundancia tan fea. Sí, he pensado la palabra con el culo, y sí, merezco la muerte y blablablá.
Y F.E.A.R. es uno de mis juegos favoritos, por si las dudas.
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