¡SIDAAA, Al mamut le dio SIDAAA!
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Reciban una cálida bienvenida a un mundo donde vuestras más sucias y oscuras fantasías se volverán realidad, donde pueden dejar salir todas sus inhibiciones, donde el dinero no es un problema...
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¡Bienvenidos a la Cotiza Rota!
El puticlub donde el nombre es mucho menos estúpido si se le compara con los sucesos que ocurren allí.
Últimamente han pasado varias cosas y me enterado de muchas otras, son tantas que me tomaría ésta y otra vida para poder siquiera contar la mitad de ellas. Lo único que les interesa saber es que mi bello, precioso y muy, muy querido salón está lleno de puras putas baratas.
Nadie, pero nadie (de pronto dos o tres personas) se salva, mucho menos aquellas que aparenten no serlo. En especial Helen.
Antes de echarles el chisme, haré un resumen de la imagen que antes profesaba esta mujer: Helen era ante los ojos del mundo una persona recta, honesta, con la cabeza bien puesta sobre los hombros y por sobre todo una gran y confiable amiga. ¿Saben qué es en realidad?
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Una cualquiera. No es mejor que las pijas de la clase. Incluso me atrevería a decir que es peor, porque las pijas actúan como las pijas que son y ya, uno sabe perfectamente qué esperar porque si hay algo que tenga que decir es que como las ves, ellas son, punto. Helen, en cambio, es todo lo contrario a lo que uno capta a primera vista.
Porque cuando Helen estaba junto a su novio, Juan (quien también está en nuestro año), ella juraba y perjuraba que su boda con él sería de revista, que criarían a sus hijos con un amor inmortal e imparable, que la lealtad entre ambos no enflaquecería nunca jamás, que un mamut chiquitito quería volar...
¿Y qué pasó?
¡Cachos! ¡A Juan le montaron cachos!
Cuando Helen no estaba en clase, ¿qué hacía? se iba junto a su "no más que amigo", un tío que nadie sabe de dónde sacó que es universitario y blablablá, el tío tiene dinero, punto. Siempre salían juntos, a todos lados y a todas partes, ¡y una vez fue al colegio incluso! Lo que resultó en que un grupo no muy numeroso pero de considerable cantidad de gente fuéramos testigos de que entre esos dos había muuuuucho más.
¡Y porque se me da la regalada gana y porque yo lo valgo me atrevo a poner en duda la pureza de Helen! De pronto y la tía ésta siga siendo virgen, pero dudo que su cuerpo entero esté libre de toque alguno, porque si hay algo que Helen siempre ha sido y siempre será es una sobadora descarada con aquellos del género masculino, y así como hace se deja hacer.
Pero ahí no se detiene la cosa, porque gracias a la entidad superior de preferencia para ustedes, Helen decide terminar con Juan, liberándolo de un noviazgo que sólo le causaba dolores de cabeza por el tamaño de los cuernos que le pusieron, para ir con su amigo universitario. La cosa, según ella, no llegó a nada. Se calman las aguas de este océano no tan pacífico.
Todo eso hasta mediados del primer trimestre de nuestro quinto año. Retrocedamos un poco, a finales de mi cuarto año y a principios de mi quinto, Helen se hace muy amiga de un pobre diablo de la promoción que actualmente forma cuarto año, Nerio, el cual cae perdida e inevitablemente en "amor" por ella (joder con estos pubertos hormonales). Mientras Nerio y Helen se hacían cada vez más y más amigos, sus problemas con Juan y sus salidas con el universitario eran cada vez más y más notables.
Y pasa lo anteriormente contado. Con Nerio sí que no pasa gran cosa, para desgracia del chico que, al igual que Juan, no es mala gente, sólo que es besado por Helen. A las pocas semanas de ella haber terminado con Juan.
Maracucho que pasaba por allí: ¿Qué hablaiiiiii?
Les parecerá muy poca cosa, pero, si no lo mencioné antes, Helen es el tipo de gente que te dice veinticuatro siete a manera de regaño que una debe de cuidar y hacer respetar su cuerpo, que no hay nada más feo que una mujer pasando su boca por todo hombre que le pase por delante. Y luego va y hace lo que le venga en gana.
Lógica no encontrada. |
Y me encantaría hablar sobre su mente conspiradora y traicionera que me hace pensar que si yo alguna vez fui una escoria de la vida, ella me ha quitado mi puesto con todas las de la ley y las que no, pero para eso, ESO, tengo preparado algo más.
No es la última vez que leeréis sobre Helen, oooh, no.
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Al que se sienta ofendido por esta entrada en particular:
Ésta el Lola.:
Y éstos son mentos:
tarde un rato en pillar la broma del final...
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